Por Jenifer Alonso
CosmoExpoBeauty ha sido el comienzo de algo muy especial para mí. Poder subirme a un escenario a hablar de lo que más me apasiona, el facialismo, ha sido un sueño hecho realidad.
Durante años he trabajado desde el silencio, desde la cabina, con dedicación, con amor, con la firme convicción de que el cuidado de la piel es mucho más que estética: es bienestar, es confianza, es conexión. Pero esta vez, me tocaba salir de esa zona de confort, mirar al frente y compartir con muchas más personas lo que tanto me mueve por dentro.
Durante la ponencia sentí una energía preciosa: el interés del público, las miradas atentas, las preguntas, las emociones compartidas… Me sentí en casa. No solo hablé de técnica, también hablé desde el alma, porque creo que la belleza real nace del cuidado, del conocimiento y del respeto por cada rostro que pasa por nuestras manos. Cada tratamiento es un acto de presencia, de escucha y de entrega. Poder transmitir eso en un espacio tan especial ha sido una experiencia profundamente transformadora.
Esta vivencia me ha reafirmado en algo que siempre he sentido: que estamos aquí para compartir, para inspirarnos mutuamente y para crecer juntas. Ver cómo otras compañeras y profesionales se acercaban después para contarme que mi charla les había tocado, que se habían sentido identificadas o motivadas, ha sido lo más bonito del día.
CosmoExpoBeauty ha sido una plataforma maravillosa para eso: para abrir caminos, para romper miedos, y para celebrar juntas esta profesión que tanto amamos.
Esto es solo el primer capítulo de algo muy bonito. Lo mejor está por venir. Seguimos caminando, con más ilusión que nunca.