“A diferencia de una estética generalista, mi formación me capacita para desarrollar protocolos personalizados en cabina, fusionando diferentes activos y marcas para abordar las diversas necesidades de todo tipo de piel en cualquier situación”
Cualquier sueño empieza con una pasión y un atrevimiento. Y de ello sabe muy bien Jenifer Alonso, una joven facialista que lleva el cuidado de la piel a otra dimensión. Basa cada uno de sus tratamientos en un buen diagnóstico del problema, donde a través de su dilatada experiencia, estudio y dedicación, innova en la búsqueda del mejor protocolo para cada persona. Tenaz e incansable, siempre alcanza los resultados esperados, gracias a lo cual se encuentra entre las principales facialistas del país, realizando diagnósticos online e impartiendo formaciones a nivel nacional.
¿Cómo fueron tus inicios y qué te llevó a dedicarte al sector de la estética?
Suena a tópico, pero fue realmente así. Desde pequeña, solía aplicar cremas y maquillar a mi madre y tía abuela, lo cual despertó mi interés en el cuidado de la piel. Mi madre fue quien me alentó a seguir este camino por vocación, ya que disfruto muchísimo del trato directo con las personas.
Actualmente, y por suerte, el sector de la estética está cada vez más profesionalizado. ¿Cuáles son tus puntos fuertes y en qué crees que te diferencias de la competencia?
Destaco en diagnósticos acertados y honestidad con el cliente. Enfatizo que no somos comerciales sino asesores que priorizan las necesidades del cliente. Mi formación como facilaista me permite desarrollar protocolos personalizados y siempre estoy actualizada en cosmética y tecnologías para ofrecer un servicio de calidad. Como facialista, pertenezco a un concepto que surgió en Norteamérica y empezó a resonar en España alrededor de 2013. A diferencia de una estética generalista, mi formación me capacita para desarrollar protocolos personalizados en cabina, fusionando diferentes activos y marcas para abordar las diversas necesidades de todo tipo de piel en cualquier situación. Aunque esta especialización aún no esté reconocida por la RAE, ha definido mi lugar dentro del campo de la estética. Cuando diseño un tratamiento en cabina, no solo me enfoco en los resultados inmediatos, sino que también destaco la importancia de mantener una rutina de cuidado en casa. Creo en la colaboración entre nosotros en el centro y los clientes en sus hogares. Facilito productos específicos y les insto a ser constantes para lograr resultados satisfactorios, ya que nuestros clientes son nuestra mejor carta de presentación. Informo a mis clientes sobre la naturaleza de la piel como un órgano psicosomático, reflejando cambios estacionales, hormonales e, incluso, emocionales. Proporciono un respaldo continuo, ofreciendo orientación cuando la piel se desestabiliza, asegurando que ajusten su rutina según las necesidades del momento. En resumen, brindo a mis clientes un acompañamiento integral para el cuidado de su piel.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Disfruto de todas las facetas de mi trabajo, desde el trato cercano con el cliente hasta la resolución de problemas como el acné y la rosácea. La satisfacción de ayudar a los clientes es mi mayor motivación.
Cuéntanos un poco sobre tu faceta de formadora. ¿Cuál es tu metodología como facialista?
Me gusta transmitir a mis alumnas la importancia de crear una estética objetiva y formada, no comercial. Les hago entender que dejen a un lado el “hay que vender” y se centren en “hay que aprender”. El saber les dará mejores resultados, con lo que les traerá mejor publicidad y, por consiguiente, más clientes. Una persona formada gana seguridad en sí misma y eso se transmite a las personas que tenemos en nuestras camillas.
¿Cómo y cuándo nació Infinittime?
Infinittime nació de un sueño que nunca pensé que podría hacer realidad. Trabajaba largas horas en un centro de estética, con un salario muy bajo. Mi madre, viendo la clientela que ya tenía desde mis 16 años, me animaba a emprender por mi cuenta. Aunque me daba miedo, decidí dar el paso a los 23 años. Un día, mi madre insistió en visitar un local y, de repente, todo se volvió claro. Con lo poco que tenía y la ayuda económica de mi madre comencé mi viaje en solitario. Siempre he tenido un gran apoyo. El día que abrimos las puertas de Infinittime, mi madre tomó 15 días de vacaciones en su trabajo. Aunque estudió peluquería y estética muchos años atrás, trabajaba como camarera de pisos en un hotel. Me acompañó durante sus vacaciones y, al finalizar, decidió no dejarme sola. Renunció a su trabajo de 10 años para quedarse conmigo al timón de Infinittime. Sin saber si funcionaría, siempre confió en mí. Solo una madre puede hacer eso. El nombre lo elegimos juntas. Queríamos que reflejara un espacio tranquilo, un lugar de bienestar donde quisieras pasar tiempo infinito. En esa época se llevaban las denominaciones en inglés y surgió Infinittime
En primer lugar, enhorabuena por el premio a mejor producto de cosmética de autor para Je’Time. ¿Cómo surgió la idea de crear tu propio cosmético?
Muchas gracias. La idea surgió de la necesidad de brindar a la piel los nutrientes necesarios. Buscaba salir al mercado con un producto que fuera apto para todas las pieles y darle así la posibilidad a todo el mundo de conocer la línea. Je ‘Time representa la unión de Jenifer e Infinittime, un juego de palabras que representa “llegó el momento”.
¿Cómo te ves o cómo te gustaría verte dentro de unos años?
Me veo disfrutando de mi trabajo, esperando tener crema en las manos hasta el fin de mis días, al igual que Balenciaga disfrutó de la moda. ¿Algún proyecto a corto-largo plazo que nos puedas desvelar? Aunque estoy siempre pensando en nuevos proyectos, por ahora puedo adelantar que Je’Time e Infinittime seguirán creciendo.
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